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VALERIA GIL / PABLO MELGAR

En medio de una crisis en el Frente Amplio, de la que sacó provecho la oposición, la Cámara de Diputados aprobó ayer el proyecto de asociación público-privado. Las barras fueron desalojadas por insultos a los legisladores de izquierda.

La Cámara de Representantes aprobó por unanimidad el proyecto de ley de Participación Público Privado (PPP), que permitirá la construcción de obras de infraestructura.

En atención a lo resuelto por el Comité Ejecutivo del Partido Comunista, el diputado Hugo Dávila pidió licencia para no interferir en la aprobación del proyecto. En su lugar entró su suplente Elsa Hernández (Lista 711, Compromiso Frenteamplista), sector aliado del MPP, por lo que votó a favor del proyecto.

El acuerdo para que Dávila se retirara de sala se logró gracias a que el diputado Gonzalo Mujica, que ofició como miembro informante, dejó en claro que la ley "no enajena el patrimonio del Estado". La aclaración fue solicitada por el Partido Comunista, quien mantenía dudas respecto a que se viera afectado el patrimonio público en la asociación con privados.

En la sesión se generó un fuerte debate entre el oficialismo y la oposición, que recordó que cuando no era gobierno el Frente Amplio se oponía a que el Estado se asociara con capitales privados.

Jorge Gandini (Alianza Nacional) dijo que la privatización "dejó de ser una mala palabra" para el Frente Amplio, pese a que en el pasado se opusieron a todo tipo de asociaciones con privados.

"Nosotros hubiéramos votado esto hace 20 años, pero el Frente Amplio hubiera llamado a un plebiscito si esto se hiciera en un gobierno nuestro, porque a esto se le llamaba privatización", puntualizó Gandini.

También Jaime Trobo (Unidad Nacional) expresó que desde el año 1995, el Partido Nacional quería recurrir a privados para la construcción de cárceles, pero los frenteamplistas se opusieron.

Según dijo Trobo, "en el mismo momento que se declaraba la emergencia carcelera el ministro del Interior José Díaz (Partido Socialista) se negaba terminantemente a que los privados pudieran invertir construyendo cárceles rápidamente, lo que hubiera permitido que el sistema estuviera hoy en otras condiciones".

En la misma línea, varios legisladores blancos y colorados cuestionaron el "cambio ideológico" de los frentistas.

Según dijeron la Participación Público Privada permite la inversión de las Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional (AFAP), las que en el pasado tuvieron la oposición del Frente Amplio.

"Ahora ya nadie va a a poder plantear con seriedad de que se tiene que revisar su existencia y que nos van a llevar la soberanía", sentenció Gandini.

Según el diputado nacionalista, "las objeciones que impuso el Partido Comunista y el Pit-Cnt, son entendibles porque no han cambiado sus ideales".

Por su parte, el nacionalista Pablo Abdala cuestionó el hecho de que la ministra saliente de Desarrollo Social, la comunista Ana Vignoli, firmara un proyecto de ley de asociación con privados, que ofrecía menos garantías que el que se votó ayer en Diputados

Gandini dijo que el problema que se generó con el vuelco del Partido Comunista en contra de la ley, "es un daño colateral" del fracaso del proyecto anulatorio de la ley de Caducidad.

Ante las críticas de la oposición, José Bayardi (Vertiente Artiguista) advirtió que "comparar este proyecto con la políticas privatizadoras de los años 90, es como comparar zapallos con bicicletas".

En tanto, Alejandro Sánchez (MPP) dijo que "hace 20 años atrás no se trajo una ley de participación con privados, sino que trajeron otra que consistía en la privatización del patrimonio público". Además señaló que "no fue el Frente Amplio el que dijo que no en un plebiscito, sino que fue el pueblo el que se opuso a que se enajenara la propiedad del Estado", aseguró en referencia al referéndum contra algunos artículos de la ley de empresas públicas en 1992 durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle.

BARRAS. El socialista Yerú Pardiñas hacía uso de la palabra cuando se escuchó desde la barra un grito de "mentiroso".

Un grupo de dirigentes de izquierda radical, entre ellos Eduardo Rubio, de Asamblea Popular, comenzaron a insultar a los legisladores del Frente Amplio.

Al grito de "¡traidores!" y "¡aquí están estos son, los que venden la nación!", los militantes de izquierda radical fueron desalojados de las barras.

El presidente de la Cámara de Diputados, Luis Lacalle Pou (Unidad Nacional), bromeó con el hecho y le dijo a Pardiñas que continuará su exposición con la "cancha cerrada".

La sesión terminó sobre la hora 20.30.

Luego de la aprobación del proyecto de participación público privado, la Cámara de Diputados puso a consideración una moción para tratar con carácter urgente el régimen excepcional de seguro de desempleo para los funcionarios de Metzen y Sena. Se aprobó la iniciativa y, como es habitual, el presidente de la Cámara, Luis Lacalle Pou, preguntó si algún diputado quería fundamentar el voto. En ese momento levantó la mano Elsa Hernández, suplente del comunista Hugo Dávila, que había ingresado a sala a votar el proyecto de PPP. Hernández comenzó a argumentar a favor del PPP. Los legisladores de la oposición se reían y gritaban que la diputada estaba fuera de tema. "Le decimos a la población que no tenga dudas que mientras el Frente Amplio sea gobierno, jamás se enajenarán los bienes públicos", afirmó Hernández. Tras sus palabras, los legisladores opositores siguieron protestando hasta que Lacalle Pou terminó el intercambio afirmando que cada diputado tiene el derecho de decir lo que le parezca a la hora de fundamentar su voto.

El diputado Javier García (Alianza Nacional) votó en contra de la licencia que pidió el comunista Hugo Dávila y dijo que el acuerdo para el ingreso de su suplente estaba vinculado a una "componenda de la peor política". A lo que agregó que "se canjeó un cargo en el gabinete por un retiro de sala". El Frente Amplio rechazó las declaraciones del legislador.