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Rosadilla dijo en comisión de Diputados que se iría

Defensa. Médicos le recomendaron bajar niveles de tensión

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PABLO MELGAR

El ministro de Defensa, Luis Rosadilla, admitió ayer que está muy cerca de dejar el cargo. Lo dijo frente a diputados de la oposición. Rosadilla no abundó en detalles, y tampoco los diputados insistieron.

"Tal vez sea la última vez que me vean en esta comisión", afirmó ayer el ministro de Defensa, Luis Rosadilla, en la comisión respectiva de la Cámara Baja.

"¿Y eso a qué se debe?", preguntó sorprendido el diputado colorado José Amy.

"Son las cosas de la vida", respondió Rosadilla.

El ministro decidió no ofrecer más detalles sobre su eventual salida del cargo y los legisladores tampoco insistieron.

No es la primera vez que se maneja la salida de Rosadilla del gabinete. Sin embargo, en este caso es la primera vez que el propio ministro habla del tema en un ámbito público y frente a legisladores de la oposición.

Fuentes del Ministerio de Defensa confirmaron a El País que los médicos le han recomendado a Rosadilla bajar el nivel de estrés en el que se mueve en la actualidad.

El caso de presunto acoso sexual a una funcionaria del Ministerio de Defensa por parte de una asesor de Rosadilla, también estaría jugando en favor de una salida del secretario de Estado.

Desde que asumió el cargo, Rosadilla enfrentó diversas crisis, algunas de ellas lo dejaron al borde del relevo. Sin embargo, la confianza personal del presidente José Mujica y el respaldo de su sector, la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (CAP-L), liderado por el extupamaro y exsenador Eleuterio Fernández Huidobro, lo mantuvieron.

Cuando el caso del video con amenazas al Poder Judicial por parte de presuntos militares, que tuvo su epicentro en el otoño pasado, Rosadilla fue interpelado junto al ministro del Interior, Eduardo Bonomi.

Desde hace semanas se maneja en los corrillos políticos que también podría ser relevado Bonomi, otro hombre de extrema confianza del presidente.

El presupuesto que otorgó el Poder Ejecutivo no cubrió las expectativas de los integrantes de las Fuerzas Armadas y debió sortear choques con el personal retirado y en actividad. A esto se suma la situación crítica de Sanidad Militar, en particular del Hospital Militar.

En este período por poco se aprueba el proyecto de anulación de la ley de Caducidad, un asunto que provocó gran tensión entre el gobierno y las Fuerzas Armadas.

La tensión con los mandos llevó a que Rosadilla sancionara al comandante en jefe del Ejército, Jorge Rosales, luego que realizara fuertes declaraciones contra la iniciativa del Frente Amplio de anular la ley de Caducidad. No obstante, Rosales se mantuvo en el cargo.

Otro militar sancionado por Rosadilla fue el jefe del Estado Mayor de la Defensa (Esmade), José Bonilla, también por formular declaraciones sobre la historia reciente que el ministro calificó como "políticas". Al igual que Rosales, Bonilla se mantuvo en el cargo.

Por si no le faltara tensión a la relación del gobierno de Mujica con los uniformados, los retirados comenzaron a ventilar viejos acuerdos "entre combatientes" que incluían una "vuelta de página" para los delitos cometidos en dictadura.

También en este período se produjo la renuncia de cinco brigadieres generales de la Fuerza Aérea, tras el nombramiento de Washington Martínez al frente de la repartición.

En abril, cuando Fernández Huidobro renunció a su banca en el Senado, se manejó la posibilidad de que Rosadilla dejara el Ministerio de Defensa para asumir en la Cámara Alta.

Fernández Huidobro renunció luego de votar a favor de la anulación de la ley de Caducidad por "disciplina partidaria", ya que estaba en contra.

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