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Desempleo y el fracaso del plan retorno golpean a la inmigración

Crisis en España. Son muy pocos los que se acogen a los planes de regreso voluntario En 2011 varios migrantes desempleados perderán sus papeles y les quitarán las subvenciones estatales | "Muchos pasan la noche en albergues municipales" | w La mitad de los migrantes llega al país sin su pareja

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MADRID | AFP Y EL PAÍS DE MADRID

El gobierno español, preocupado por la alta tasa de desempleo entre los inmigrantes, estudia medidas para evitar que los que se quedan sin trabajo pierdan también su permiso de residencia, después del fracaso del plan de retorno voluntario.

Cuando la economía española cayó en la recesión, hace dos años, el gobierno socialista apostó por los planes de retorno voluntario para tratar de reducir la masa de inmigrantes que perdían su trabajo.

El ejecutivo ya contaba con un plan de retorno para extranjeros en situación vulnerable, gestionado por algunas ONG que pagan el pasaje a inmigrantes sobre todo ilegales y sin recursos, lo que significó que en los últimos dos años volvieran a sus tierras unas 6.000 personas.

A este añadió otro plan, aprobado en 2008, para que los inmigrantes legales que se quedaban sin trabajo pudieran regresar a sus países recibiendo en dos veces el subsidio por desempleo, que en España dura un máximo de dos años.

El gobierno esperaba que se acogieran unas 100.000 personas, pero tuvo mucho menos éxito debido al poco capital que supone. En dos años lo solicitaron unas 15.000 y se marcharon unas 5.000, según el ministerio de Trabajo.

"Ha sido un fracaso": la cantidad que se cobra "no basta para comprar los pasajes de vuelta, comprar una casa e instalarse o crear un pequeño negocio", dice de este programa Raúl Jiménez, portavoz de la ONG Rumiñahui.

Además, los beneficiados deben entregar el permiso de residencia al llegar al país de origen y no volver a España en tres años, lo que también desanima a muchos, añade.

"Los que se acogen es porque están desesperados", comenta, y propone vincularlo a un proyecto productivo, al igual que el plan "Bienvenido a casa" del gobierno ecuatoriano, que da ayudas a personas que quieren retornar, tienen un proyecto para crear un negocio y cuentan con al menos la mitad de los fondos.

En 2011 se prevé un aumento de inmigrantes en paro que pierdan sus recursos y sus papeles porque muchos dejarán de recibir el subsidio de desempleo (dura un máximo de dos años y la crisis se agudizó a inicios de 2009).

Además el gobierno suprimirá en febrero la subvención de 426 euros (US$ 550) para desempleados sin subsidio que aprobó como medida excepcional durante la crisis.

El ministerio de Trabajo e Inmigración estudia ahora hacer frente a lo que llama "irregularidad sobrevenida" y que quien pierda su contrato de trabajo, necesario para renovar el permiso de residencia, pueda mantener este si su pareja está en situación regular. "No es razonable" entrar "en situación de ilegalidad" por la crisis, por lo que "parece lógico que se busque un tiempo para que la persona en cuestión se pueda mantener (en España)", declaró el ministro Celestino Corbacho.

Esta u otras medidas se incluirían en el reglamento que desarrolla la nueva ley de Extranjería aprobada a finales de 2009, indicó el Ministerio. La elaboración de ese reglamento, prevista a finales de año, se retrasó hasta el primer trimestre de 2011.

Migración en crisis. En la actualidad 5,7 millones de extranjeros residen en España -que tiene una población de 47 millones de habitantes-. Un 26,6% de estos son latinoamericanos (1,45 millones), la mayor comunidad no europea en el país, según lo determinan las cifras oficiales. La mayoría llegaron en los últimos 15 años animados por el crecimiento económico, causado por el "boom" de la construcción.

Se estima que un 14% retorna a su tierra cada año, este es un dato obtenido a partir de las bajas del padrón. La última proyección de crecimiento de la población española del Instituto Nacional de Estadística (INE) confirma ese cálculo: la estimación de regresos es de entre el 15% y el 20% anual. Aunque también hay que tener en cuenta que el hecho de que un inmigrante no renueve el padrón no significa necesariamente que se haya marchado de España.

Diego López de Lera, demógrafo especializado en Migraciones Internacionales de la Universidad de Coruña, dice que "la imagen de los retornados de que vuelven triunfantes es del siglo pasado, esta tipología representa un porcentaje muy bajo".

"Las bajas del padrón adolecen de un grado de subregistro, pero sabemos que en 2009 se dieron de baja 142.000 inmigrantes y la mitad, unas 70.000, son bajas por caducidad. Los que más se dieron de baja expresamente son los latinoamericanos y, por países, los rumanos, bolivianos, marroquíes, argentinos y colombianos. Y dos tercios (entre el 60% y el 70%) eran hombres", añadió.

Uruguayos: unos 100 vuelven al país cada mes

Unos 100 uruguayos que migraron a España regresan a su tierra cada mes. Y de los 90.000 que viven en "la madre patria", solo 50.000 están en condiciones de acogerse a alguno de los planes de retorno voluntario. Estas son las cifras que maneja el Centro Uruguayo en Madrid, que reúne a unas 163 organizaciones de inmigrantes.

"Hay gente que está en condiciones caóticas. Los que tienen más suerte están durmiendo en pensiones, pero muchos pasan la noche en albergues municipales. Esta es la triste realidad que se vive hoy en España", señala a El País el secretario de migración del Centro, el uruguayo residente en España Gustavo Álvarez.

Un uruguayo que logró obtener la nacionalidad no puede acogerse a ninguno de los planes de retorno voluntario, ya que para los efectos legales es español. Solo pueden acceder a estos quienes regularizaron su situación a través, por ejemplo, de un contrato laboral.

"La forma en que se hicieron estos planes tranca a muchas personas. Hay quienes se quieren ir y no pueden. Se da con las parejas, que en algunos casos uno pudo obtener la nacionalidad y el otro no. Por lo tanto, no se pueden acoger los dos a los planes de retorno y entonces el dinero no les da", ejemplifica Álvarez.

El secretario sostiene que la situación es "caótica". Y agrega: "un ejemplo de esto es que 1.200 españoles, de un rango etario que va de 25 a 35 años, se van cada mes a vivir a Argentina".

Grupos familiares separados a la fuerza

Madrid | La emigración es un proceso que supone la ruptura con muchas cosas. Entre ellas, una de las más importantes es el vínculo de pareja. La mitad de los inmigrantes no comunitarios llega a España sin ella. Aunque algunos de ellos se reagrupan al cabo de un año o dos, el número de parejas que al final se quedan es incierto. En el resultado final influyen varios factores. En contra de lo que se piensa, la crisis económica en España no es determinante para que decidan volverse a su país de origen. Toman la decisión principalmente por razones familiares, de vínculo y de organización, y sopesando si les compensa volver cuando la situación personal y social en su tierra no ha cambiado.

Las políticas que se emprenden en los países de acogida (no solo en España, ocurre en toda la UE) influyen notablemente en el tipo de emigración que se recibe y que se mantiene, como las medidas de reagrupación familiar. Las naciones tienden a facilitar la llegada de personas vinculadas a la familia nuclear, lo que hace que sea más fácil la integración para las personas procedentes de países con esta tradición, como los latinoamericanos.

Estos son precisamente los que más emigran con su cónyuge. Lo hacen los ecuatorianos en mayor medida, seguidos de los rumanos (según datos anteriores a su entrada en la UE) y de los asiáticos, a excepción de Japón e Israel. Además, hay más mujeres (57%) que vienen solas a España a trabajar que hombres (53%), con las rumanas, latinoamericanas y asiáticas a la cabeza.

Separaciones. Casi el 40% de los inmigrantes tenían pareja cuando decidieron ir a España. Y estas viven, en general, dos tipos de separaciones, destacan especialistas. La primera es desde el momento de la partida de su país. Cuando uno de los miembros de la pareja deja al otro en su tierra, a menudo a cargo de sus hijos. Y la segunda es cuando la familia ya estaba agrupada en España y, por razones que suelen ser muy diversas (no solo influye que no puedan trabajar) se vuelve una parte a su país. El País de Madrid

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