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Internet, campo de batalla de candidatos en Brasil

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La red en contra

Analistas aseguran que el uso de Internet como plataforma para hacer campaña en contra, fue decisivo en el balotaje que definió las elecciones presidenciales de Brasil el 3 de octubre. Una "máquina de rumores" en Internet golpeó a Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), cuando las encuestas vaticinaban que ella ganaría en primera vuelta. Los especialistas destacan que "el uso de Internet en la campaña está dominado por mensajes negativos, bromas y usuarios que descargan su frustración y desaliento con la política".

BRASILIA | EL UNIVERSAL/GDA

Utilizada para levantar candidaturas y destruirlas, para difundir propuestas de campaña y burlarse del rival, Internet se convirtió en campo de batalla para los candidatos a las elecciones presidenciales en Brasil.

Los comicios de 2010 fueron los primeros en que la red mundial de computadoras fue utilizada oficialmente, con amplia presencia de los candidatos en blogs, páginas y sitios de relacionamiento como Facebook, Twitter y Youtube.

De cara a la segunda ronda de las elecciones, el domingo, la candidata oficialista Dilma Rousseff y el opositor José Serra intensificaron el uso de Internet para difundir sus mensajes, mientras sus seguidores recurren a la red para atacar al rival.

Analistas destacaron que el uso de internet como plataforma para una campaña negativa fue decisiva para llevar la elección a balotaje, cuando una "máquina de rumores" golpeó a la oficialista Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) en un momento que las encuestas vaticinaban que el 3 de octubre ganaría en la primera vuelta.

"Esa central de rumores fue fundamental para llevar la elección a balotaje e influir el debate político", comentó el sociólogo Marcello Barra, de la Universidad de Brasilia. "Fue uno de los factores que derribó la imagen de Dilma Rousseff``.

Para el doctor en computación Wagner Meira, director del Observadorio Electoral en Internet de la Universidad Federal de Minas Gerais, seguidores del opositor Partido de la Social Democracia (PSDB), que postula a Serra, fueron más agresivos en el uso de la red en la primera vuelta electoral.

"Durante la primera vuelta, los simpatizantes de Serra fueron mucho más feroces en difundir rumores y denigrar la imagen de Dilma", dijo Meira. "Con la segunda se están equiparando. La gente de Dilma, que venía con una postura de simplemente pedir apoyo para su candidata, pasaron a atacar pesadamente a Serra".

La imagen de la aspirante oficialista, apoyada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, sufrió un deterioro en la recta final de la campaña con mensajes difundidos por internet que le atribuían querer legalizar el aborto y haber dicho que "ni Jesucristo" podría impedir su victoria en las urnas.

Brasil, un país de 192 millones de habitantes, tiene un acceso limitado a Internet, de poco más de 30% de la población con conexión a la red.

Aún así, Internet se convirtió en pieza clave de la actual campaña electoral para ambos partidos.

Serra, quien antes de lanzar su candidatura era un reconocido usuario de Twitter, ahora cuenta con 539.000 seguidores en esa red social y él mismo se ocupa de subir comentarios y responder a usuarios.

Rousseff es más reciente en el Twitter y tiene 280.000 seguidores. El contenido subido en la red es menos personal que el de Serra. Parece elaborado por su equipo de prensa.

El Papa entra en la campaña electoral

A tres días de las presidenciales brasileñas para elegir al sucesor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en una campaña fuertemente dominada por las polémicas de orden religioso, ayer el Papa Benedicto XVI dio un discurso en el Vaticano exigiendo a los obispos que orienten a los fieles "con un juicio moral en los temas políticos". Este mensaje podría influir en el voto del domingo. El tema de la despenalización del aborto ha sido una de las espinas de los dos candidatos a la presidencia de Brasil, acusados por católicos y evangélicos de estar a favor del aborto. Por miedo a perder los votos de los cristianos, la candidata de Lula, Dilma Rousseff , tuvo que echar marcha atrás y con una carta a católicos y evangélicos prometió solemnemente que, si llega a la presidencia, no permitirá que se legisle en materia de aborto ni del matrimonio de los homosexuales. Rousseff había comenzado la campaña defendiendo la despenalización del aborto por motivos de salud pública.

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