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Rousseff y Serra apuestan todo por captar votos de verdes y católicos

Brasil. La campaña por la elección presidencial entra en su última semana

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A una semana de las elecciones presidenciales brasileñas, Dilma Rousseff aparece en los sondeos como la segura vencedora con el 50% de los votos frente al 40% de José Serra. El desafío de ambos es asegurarse el apoyo de los verdes y los católicos.

El pasado 3 de octubre, cuando la primera ronda de las elecciones presidenciales brasileñas se cerró sin arrojar un vencedor inmediato, los dos que quedaron en carrera comenzaron a delinear estrategias con los mismos objetivos: conquistar los votos de Marina Silva, la candidata del Partido Verde (PV) que no pasó al balotaje, y asegurarse el apoyo de los católicos, que no votarán a quien apoye el aborto.

Silva había sido, antes de verde, ministra de Medio Ambiente del presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, y el 3 de octubre en las urnas obtuvo el 19,6% de los votos. Sus sufragios provinieron de un electorado que, en general, era afín a la izquierda pero no confiaba del todo en la oficialista Dilma Rousseff. En esos comicios la petista, hasta este año jefa de Gabinete de Lula, se despidió del triunfo directo con el 46,9% del apoyo y el socialdemócrata José Serra pasó a la segunda ronda con el 32,6% de los votos.

Antes de que las propuestas llegaran de manera indiscriminada, Marina Silva presentó ella misma a Rousseff y Serra un listado con las iniciativas ecológicas específicas que quería promover.

Los candidatos las incluyeron en sus programas de modo muy vago, dijo Silva desilusionada, por lo que dio libertad a sus electores para que se inclinen por el que ellos quieran, sin siquiera indicar a quién va a elegir ella el próximo domingo. Así, sus 20 millones de simpatizantes quedaron totalmente libres y se convirtieron esta semana en un mercado aún más deseado por los dos en pugna.

Dilma Rousseff, por un lado, se comprometió a reducir en un 80% la deforestación de la selva amazónica y presentó 13 propuestas ambientales. Aseguró que su programa ambiental concuerda con el plan de Silva y, como quien busca recordar sus méritos, recordó que ella fue la jefa de la misión brasileña en la reunión climática de la ONU en Copenhague, donde Brasil fue el único país que propuso metas voluntarias para reducir hasta 2020 las emisiones de gases causantes del efecto invernadero.

En la misma línea, al día siguiente de la primera ronda, José Serra sorprendió cuando le dedicó un aparte de su discurso al medioambiente y al cambio climático, llegando a decir que "el área ambiental para mí es prioritaria, no es un apéndice del programa de gobierno".

El impacto de sus dichos fue inmediato y, ya desde ese momento, uno de los fundadores del PV, Fernando Gabeira, le prometió su apoyo. Lo mismo hizo esta semana Ilzamar Mendes, viuda de Chico Mendes, el sindicalista de los trabajadores del caucho asesinado por su causa en 1988. La hija de ese matrimonio, en cambio, anunció su apoyo a la petista, lo mismo que esta semana hicieron el arquitecto Oscar Niemeyer y el cantante Chico Buarque.

Según la última encuesta de intención de votos del instituto Datafolha, difundida este viernes, Dilma Rousseff obtendría el 50% de los votos y José Serra, el 40%.

Si se consideran sólo los votos válidos, excluyendo los blancos o nulos, la candidata del PT llega a 56% y su rival sube hasta 44%.

La misma encuesta señala que la popularidad de Lula llega al 82%, la más alta registrada por sondeos de esa firma desde 2003 y también el mayor respaldo para cualquier gobernante desde que ese instituto comenzó a medir la popularidad, en 1985.

ABORTO. Al igual que los verdes, los católicos de Brasil también resultaron tener votos de oro. A medida que avanza la campaña hacia el próximo domingo, los creyentes aseguran que no votarán a quien apoye el aborto.

De hecho, una de las explicaciones del buen desempeño de Marina Silva en la primera ronda se halla justamente en que esta ferviente evangélica no cedería en este punto, algo que no estaba del todo claro en el caso de Rousseff.

La estrategia del PSDB es presentar a la oficialista como una amenaza para todos los creyentes, al tiempo que el PT intenta convencerlos de que su candidata respeta la vida y no pretende impulsar leyes que afecten los valores religiosos. Días pasados, incluso, Rousseff divulgó una carta donde se comprometió a no hacer cambios en este tipo de leyes.

Pero también Serra tuvo que salir a aclararse, a pesar de que al inicio de la contienda nadie dudaba de su apoyo a la vida. La razón: una denuncia de dos ex alumnas de su esposa, la antigua bailarina chilena Mónica Allende, que aseguraron al diario Folha de S. Paulo que la mujer del candidato se había practicado un aborto cuando era joven. "Mónica Serra nunca se hizo un aborto", afirmó terminante el PSDB, que acusó al gobierno de diseminar rumores personales falsos.

Esta denuncia de ataque, al igual que las realizadas desde filas oficialistas, da una idea de cómo se está resolviendo la recta final de la pelea por los votos de los brasileños. "Es mucho juego sucio, nunca vi una campaña así", resumió esta semana José Serra al diario O Globo. (EN BASE A AP, ANSA Y LA NACIÓN / GDA)

Mujica prefiere a Dilma

En declaraciones al semanario Búsqueda, el presidente uruguayo José Mujica remarcó su apoyo a la candidatura de Dilma Rousseff porque es lo que "más conviene" a los uruguayos: "Me parece que la continuidad más o menos de la política de Lula es lo que más nos conviene como país", señaló. Cuando le preguntaron por el candidato opositor José Serra, Mujica respondió que "da la impresión de que no es una figura de una derecha reaccionaria, pero entiendo que responde a la articulación paulista de poder. Además, Serra ha dado evidencia pública de no tener una visión muy integracionista para la región".

La visión de José Serra sobre el Mercosur es que "necesita algún tipo de flexibilización" y, en esta línea, lo primero que asegura que hay que hacer es profundizar en el libre comercio. Para esto, señaló el candidato del opositor PSDB, "hay que flexibilizar todo lo que se refiere a la política arancelaria".

La oficialista Dilma Rousseff, que se presenta como la continuidad de Lula en todos los aspectos, aseguró que, si es electa, va a poner los medios para ampliar el bloque regional. "Tengo todo el interés en continuar, mantener y expandir las relaciones con América Latina. Eso sin menospreciar las relaciones con Europa y Estados Unidos. Jamás abandonaré el Mercosur, creo que el Mercosur es prioritario", dijo Rousseff.

El analista argentino Rosendo Fraga estimó, en un artículo publicado en el diario Perfil, que si la oficialista Rousseff es elegida mantendrá al Mercosur "como un mercado común atenuado". La Unasur, que incluye a los 12 países de América del Sur, sería para la petista "una zona de libre comercio flexible".

Las cifras

56% Es el porcentaje de votos que obtendría Rousseff si no se cuentan los inválidos.

44% Es el porcentaje de votos válidos que obtendría José Serra el próximo domingo.

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