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La candidata oficialista brasileña Dilma Rousseff y el opositor José Serra protagonizaron ayer el segundo debate televisivo en el marco de su campaña para el balotaje del 31 de octubre.

Este duelo sucede a otro realizado el 10 de octubre, el primero luego de las elecciones generales, en las que la ex jefa de gabinete obtuvo 46,9% de los votos frente a 32,1% del ex gobernador de San Pablo.

El duelo cobró especial interés porque la campaña para el balotaje subió de voltaje con ataques continuos entre ambos y se centró en temas como el aborto o la unión entre homosexuales.

Ayer Rousseff y su partido acusaron a la oposición de lanzar una "campaña de rumores" maliciosos y promover la distribución de unos 18 millones de volantes, con firma de una sección regional de la Confederación Nacional de Obispos de Brasil (CNB), exhortando a electores a votar en su contra.

Los volantes, que pedían que las personas sufragaran "solamente" a favor de candidatos de partidos contrarios a la legalización del aborto, fueron confiscados por la Policía en San Pablo. En tanto, la CNB ya deslindó responsabilidades.

Precisamente, el aborto ganó el centro de discusión de la campaña, ya que Brasil es el país con el mayor número de católicos del mundo.

La oposición acusa a Rousseff de cambiar su postura a favor del aborto con fines electorales. Esto obligó a la candidata a realizar encuentros con líderes religiosos y divulgar una carta abierta en la que se compromete a no impulsar cambios en leyes sobre el asunto o de temas ligados a la familia y libertad de culto.

La ayuda de Lula. El presidente Luiz Inacio Lula da Silva, dijo este fin de semana que su candidata es vista con recelo y miedo por "los ricos", a pesar de que ellos ganaron mucho dinero durante su gobierno.

En un acto público en Belo Horizonte (sudeste), Lula expresó el sábado su indignación de cara al balotaje del 31 de octubre en Mangabeiras, un barrio adinerado de la ciudad, señalando que la clase alta ve con "prejuicios y miedo" a la ex jefa de gabinete, que él mismo impulsó como candidata.

"Quedo consternado porque aquellas personas ricas fueron las que más ganaron dinero en mi gobierno. Lo que aquellas personas no consiguieron fue superar el prejuicio contra que un metalúrgico sea Presidente y haga por Brasil lo que ellos nunca consiguieron hacer", dijo Lula en su discurso, realizado desde un vehículo.

"Ahora no es apenas prejuicio, es prejuicio y miedo de ver a una mujer ganar las elecciones y hacer por Brasil más de lo que ellos hicieron", afirmó.

sin los verdes. Por su parte, el Partido Verde (PV), erigido en tercera fuerza en los comicios, anunció ayer en San Pablo que tendrá una postura independiente para el balotaje del 31 de octubre, sin apoyar a ningún candidato presidencial.

"Seremos independientes", declaró el presidente del PV, José Luiz Penna, al cierre de la votación a mano alzada de la Convención nacional de la fuerza ecologista, celebrada con 80 delegados.

La candidata del partido, la ex ministra de Medio Ambiente de Lula, Marina Silva, sostuvo al cierre del acto: "Nos mantenemos en la posición de mediadores para que el proceso tenga los mejores resultados".

"El hecho de no optar por ninguno (de los dos candidatos en pugna) no significa neutralidad, sino una posición de independencia, reafirmada en ideas y propuestas", señaló Silva al leer una carta abierta. Los 20 millones de votos que obtuvo serán cruciales en la definición.

54% Es lo que obtendría Rousseff en la segunda vuelta electoral según los últimos sondeos. Serra alcanzaría el 46% de los sufragios.

20 Son los millones de votos que obtuvo la candidata del Partido Verde, Marina Silva, en la primera vuelta electoral brasileña.

Un magistrado del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil decidió que la rama local de la empresa Google suspenda la difusión de videos de la oposición exhibidos en el sitio YouTube por su "contenido ofensivo" contra Dilma Rousseff.

Se trata de seis videos que el PT consideró "injuriantes"; en uno de ellos se comparaba a políticos de este partido con perros rottweiler.