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Tienen entre 15 y 17 años, varias anotaciones por rapiñas y los cinco vivían en Malvín Norte. Su intención era cometer un atraco en el supermercado de Camino Carrasco. Ahora la Policía investiga si hay adultos detrás de la banda juvenil.

Ninguno de los cinco estaba fugado del INAU, pero poseían varias anotaciones: D.O.D.L.S.B. de 16 años, F.N.M.Q. de 15 años, B.D.P.F de 17 años, B.N.R.G. y R.V.D.LS. de 17 años.

Los cinco, según indicaron a El País fuentes policiales, vivían en la zona de Malvín Norte no muy lejos de donde cometieron el atraco que por poco no se convirtió en una masacre. Los investigadores del Departamento de Hurtos y Rapiñas continúan trabajando en el caso más allá de la captura de los adolescentes como resultado de un operativo fulminante de la Policía. Y la razón es que se sospecha que puede haber personas adultas que planearon o indujeron a los menores de edad a asaltar el establecimiento de Camino Carrasco y Berro.

Las armas que portaban en el momento del asalto, y que utilizaron en un intercambio de disparos con los efectivos policiales, eran robadas: una escopeta de caño recortado, un revólver calibre 38 y un revólver de calibre 22.

Los investigadores creen que juntos o por separado los adolescentes pudieron haber participado en varios atracos recientes que se investigan. No pueden asegurar, en cambio, que el aparente descontrol o excitación que según testigos del hecho demostraban los asaltantes en el momento de la irrupción obedeció al consumo de estupefacientes, aunque no descartan esa posibilidad.

Una promotora que trabajaba en el interior del supermercado en el momento que se produjo el atraco relató a El País que los jóvenes entraron corriendo "con las armas en alto y gritando".

Esto, como se informara en la edición anterior, fue advertido por un agente policial -que revista en la Comisaría 11a y que pasaba en ómnibus por el lugar- que fue en busca del policía que cumplía servicio 222 para respaldarlo, mientras pedía apoyo. Precisamente el agente de custodia fue quien resultó herido por los delincuentes juveniles cuando intentó repelerlos. Gracias a que su colega lo apoyó durante el enfrentamiento los atacantes desistieron de rematarlo de varios disparos, según relataron luego testigos que presenciaron la escena en el estacionamiento frente a la entrada principal.

El agente, que revista en la Escuela Nacional de Policía, fue dado de alta ayer de mañana del Hospital Policial y está fuera de peligro. También está fuera de peligro el subgerente del supermercado que recibió un culatazo en la cabeza.

El establecimiento reanudó actividades ayer. Tanto allí como en la populosa zona donde su ubica -en el entorno hay tres complejos de vivienda, dos cooperativas de vivienda por ayuda mutua que conforman una zona densamente poblada- no se hablaba de otra cosa. Aunque a los cinco involucrados el Juzgado de Adolescentes les inició el procedimiento penal correspondiente, aún resta saber si detrás de la banda de delincuentes juveniles había alguien más.

Un policía resultó víctima de delincuentes durante la pasada madrugada, cuando fue atacado por una patota que quiso robarlo. El hecho ocurrió en la esquina de la avenida Agraciada y Marmarajá, donde el agente que estaba de particular fue sorprendido por un grupo de sujetos que lo rodearon y comenzaron a agredirlo. En el curso de la refriega uno de los individuos hirió en el rostro al policía con un trozo de vidrio. Vecinos de la zona advirtieron a la Comisaría 6ª lo que estaba ocurriendo y varios móviles policiales confluyeron en la zona. Durante la intervención policial dos de los agresores fueron capturados al instante, en tanto que el resto logró huir en un taxi. De todos modos, los restantes agresores fueron detenidos más tarde por otra unidad policial y todos ellos fueron puestos a disposición de la Justicia. El policía recibió atención médica y fue dado de alta, en tanto se aguarda ahora el resultado de las actuaciones judiciales.