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Una escollera para ganar tierra al agua

La Floresta. Proyecto millonario del MTOP frenaría la erosión en la costa del balneario

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Una escollera paralela a la costa es la alternativa que el gobierno prepara para paliar la erosión en el balneario. La licitación del proyecto se realizaría a principios del 2011. En otras zonas como Neptunia, la tierra también retrocede cada vez más.

Las imágenes son ya casi un clásico de La Floresta: las barrancas al pie de las casas, los caños y cables subterráneos al descubierto y unas viviendas al borde del precipicio.

La Liga de Fomento del balneario y los propietarios de estas viviendas reclaman desde hace varios años por soluciones que reduzcan el riesgo y la pérdida de valor que sufren sus casas por la acción de desgaste que el mar y los pluviales generan en la zona. Ahora, la construcción de una escollera exenta -es decir, no sujeta a la costa, sino paralela a ella- se planea en las áreas más afectadas.

Según Jorge Camaño, director de Hidrografía del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, el proyecto se activará cuando se apruebe el presupuesto del MTOP. El llamado a licitación llegaría en los primeros meses del año que viene.

Camaño explicó que el proceso de retroceso que tiene la costa en La Floresta se debe a dos razones: el embate de las olas y los pluviales del propio balneario, que caen sobre allí.

La escollera, entonces, impedirá que las olas sigan rompiendo sobre la bajada y se acumule más arena. Además se proveerá de arena extra a la playa y, en coordinación con la Intendencia Municipal de Canelones, se desarrollará una canalización de pluviales para que no continúen mojando y destruyendo el frente de la barranca.

Encontrar la solución fue el resultado de un proceso de asesoría que el MTOP desarrolla junto al Instituto de Mecánica de los Fluidos e Ingeniería Ambiental de la Facultad de Ingeniería, que permite el seguimiento. "Ahora tenemos los fondos y una idea de cómo resolverlo", confirmó Camaño. El proyecto, señaló, está valuado en "varios millones de dólares". Las últimas mediciones en años recientes señalan que la costa retrocede unos dos metros por año, aunque los valores varían año a año en función del clima.

"Esta situación es algo que tiene una gravedad porque está muy cerca de las viviendas, pero es un problema de toda la costa, que tiene esa dinámica", recordó Camaño, quien aseguró que zonas como La Charqueada y Río Branco también son puntos de atención.

Otro punto de urgencia sobre el que aún no hay soluciones es Neptunia, donde la acción del arroyo Pando sobre la franja costera ha generado situaciones como la que sucede con la casa en la que Graciela Oddone vive y trabaja desde hace seis años. Allí maneja un restaurant de pastas y pescados. Año a año, el arroyo le "come" más y más metros de terreno; ya ha perdido diez. Además, con cada tormenta fuerte, la casa se le inunda, como pudo probar con varias fotos que mostró a El País.

"Han venido muchas veces de la Facultad de Ciencias, pero como que después las cosas quedan todas inconclusas" contó. La solución, de momento, han sido unos dientes triangulares de madera que la propia Oddone fabricó y colocó para frenar los embates del agua. En total, dice que durante estos años se ha gastado unos US$ 20.000 en pelearle la tierra al arroyo, y que otros vecinos han llegado a invertir U$S 50.000 en rellenar sus terrenos.

"Estos problemas se frenan con proyectos de dispositivos como los espigones, pero representan muchos millones de dólares y demandan recursos que lamentablemente no manejamos", reconoció Camaño. Oddone, resignada, dice que piensa vivir allí "hasta que el arroyo se lleve la casa".

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