El "como te digo una cosa te digo la otra" está llegando a niveles inverosímiles. Primero José Mujica y después Danilo Astori proclamaron de modo solemne que "la mejor ley de medios es la que no existe".

Tanto el presidente como el vicepresidente lo dijeron para medios extranjeros, el primero para la revista brasileña "Veja" y el segundo para el diario argentino "El Litoral". Los comunicadores de Brasil y Argentina aplaudieron estos asertos a tono con las teorías más liberales en la materia.

Los comunicadores de Uruguay, en cambio, están desconcertados. Mientras puertas afuera Mujica y Astori dan cátedra de liberalismo, dentro del país se prepara una Ley de Medios para enviarla al Parlamento a comienzos del 2011. Un comité consultivo designado por la Dirección de Telecomunicaciones del ministerio de Industria sesiona con los delegados del sector empresarial y del gobierno en la redacción de su articulado. La Asociación de Radios del Interior, Andebu y la Cámara Uruguaya de Televisión para Abonados ya difundieron sus primeras críticas a las ideas de los delegados oficiales porque suponen una excesiva injerencia gubernamental en el área de la comunicación audiovisual.

Esta polémica transcurre mientras José Mujica, quien firmará ese proyecto, predica una filosofía contraria a la expresada por sus delegados en el comité técnico. Y el debate empieza a hacerse público cuando el presidente de la Asamblea General, Danilo Astori, encargado de recibir y dar trámite al proyecto en ciernes, subraya que no debe haber leyes en el campo de la comunicación.

¿Será mucho pedirle al gobierno un mínimo de coherencia entre sus dichos y los hechos?