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Obispo de Minas ayer pidió perdón; se aguarda la decisión del Papa

Sanción. Puede ser suspendido, pero no deja de ser sacerdote y obispo

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La Iglesia Católica aguarda la decisión del Papa sobre el obispo Francisco Barboza, que fue fotografiado en actos sexuales con dos individuos. Se le puede suspender su condición de obispo o de sacerdote, pero no quitarle su condición.

El nuncio apostólico Anselmo Pecorari, dijo ayer sábado que no puede informar si el Papa Benedicto XVI tomó alguna decisión y lamentó no poder hacer comentarios sobre el tema. Los sábados, el Papá trata temas relacionados a los obispos.

Otras fuentes consultadas consideran muy remoto que el Papa resuelva tan rápidamente esta situación, ya que deberá analizar la carta que Barboza le envió y escuchar la posición de la Congregación de Obispos que lo asesora.

Las fuentes relataron que la sanción dependerá en buena medida del tenor de la carta que Barboza le envió a Benedicto XVI por recomendación del Nuncio. Si renuncia -lo que por su carta pública es poco probable-, inmediatamente se le aceptaría. Si los hechos están comprobados y él los aceptó en la carta, el Derecho Canónico establece una pena de suspensión, que puede ser parcial y referir al oficio episcopal (a sus tareas como obispo) o total, que también abarca brindar los sacramentos y sus tareas de sacerdote.

Diversas jerarquías de la curia nacional consultadas por El País prevén que a Barboza se le suspenderá del oficio episcopal, pero seguirá como sacerdote en algún lugar del país o del extranjero. La suspensión no tiene un tiempo determinado, puede ser temporal o de por vida. Pero la condición de sacerdote y de obispo tiene "carácter indeleble", no se pierde nunca, destacó una fuente.

La decisión sobre el futuro de Barboza se tomará en el Vaticano, puesto que ninguna autoridad eclesiástica nacional -ni siquiera el arzobispado- puede removerlo de su cargo de obispo de Minas o suspenderle esa función, añadieron las fuentes.

El obispo de Salto, Luis Galimberti dijo a El País que en la Iglesia estos hechos siempre hieren a la comunidad. "Porque el pastor no es solo aquel que cumple una función, sino que es también un testigo".

"Un docente en un liceo puede ser un experto en astronomía y su vida personal no incide directamente en lo que enseña. Pero en el caso de un obispo, su enseñanza tiene que ver con una fe y una conducta acorde y, evidentemente, es muy importante el testimonio", expresó. Galimberti agregó que no se puede ser tan hipócrita de pensar que nadie comete ningún pecado. "Hay que recordar aquellas palabras de Jesús, que el que esté sin pecado tire la primera piedra", indicó. "No obstante esta frase no puede ser excusa para una vida descuidada, llena de desprolijidades y miseria. Uno en el cargo en que está debe procurar el mayor esmero para que sus palabras tengan respaldo", señaló.

Galimberti resaltó que Barboza reconoce eso en la carta que envió a su comunidad.

LA CARTA. "Este es uno de esos momentos difíciles que todos ustedes están pasando, y lo más penoso es que la causa de ese dolor sea yo mismo", comienza diciendo Barboza en su carta leída ayer en Minas. "Por eso les pido, en primer lugar, perdón", agrega. Dice que nunca quiso ser motivo de tristeza. "Hoy pongo mi vida, como Pedro, bajo su mirada misericordiosa y me confío a lo que la Iglesia me pida, con total disponibilidad y obediencia", sostiene a la misiva en que pide que recen por él y la Iglesia. "Yo le ofrezco la angustia de esta hora por todos y cada uno de ustedes, los que me han acompañado y querido tanto", agrega. "Y no se olviden de ponerme bajo el manto de María. Ella estuvo junto a la Cruz de su Hijo y está también junto a nosotros. A Ella la invocamos como Auxiliadora de los cristianos, Consuelo de los afligidos y Refugio de los pecadores", concluye.

La extorsión

El 8 de mayo de 2004, Francisco Barboza asumió como Obispo de la Diócesis de Minas (Lavalleja)

Barboza pagaba a dos presos procesados por varios delitos, para que hicieran tareas en el obispado y que lo visitaban buscando dinero.

En diciembre el obispo mantuvo relaciones sexuales con los procesados, lo que fue registrado con un teléfono celular.

A los pocos días comenzaron a extorsionarlo, hasta que, aproximadamente un mes atrás Barboza, denunció este delito a la Policía.

El obispo colaboró con la policía para detener a uno de los implicados en la extorsión, ya que el otro estaba en prisión por otro delito.

Uno de los delincuentes fue procesado por extorsión y el otro por el mismo delito en grado de tentativa.

El juez Daniel Erzeguer sigue con las indagatoria, para establecer el paradero de algunos objetos robados en la Curia y si hubo otros involucrados en la extorsión.

Barboza está en Salto. Visitó Minas para dejar una carta que fue leída en la misa vespertina de ayer.

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