El relator de los Derechos Humanos de la ONU, Manfred Nowak llamó al gobierno uruguayo a eliminar los módulos de acero del Penal de Libertad.

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¿Por qué en su informe preliminar no menciona el problema del tráfico de drogas dentro de las cárceles?

El informe definitivo sí abordará ese problema. El 50% de los menores alojados en hogares son adictos. Una situación similar ocurren en las cárceles. Con frecuencia los estupefacientes son ingresados por policías. Pero el problema principal es que los reclusos carecen de un programa de sustitución de las drogas.

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¿Qué recomienda al gobierno uruguayo sobre los módulos de acero del Penal de Libertad?

Los debe cerrar lo antes posible, porque son absolutamente crueles, inhumanos y degradantes. Allí se realiza una violación sistemática de los derechos humanos de las personas. Cada día que están abiertos es un día más de violencia de normas establecidas en el derecho internacional y que aceptó Uruguay.

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El sistema penal uruguayo es punitivo. ¿Habría que aplicar medidas sustitutivas a la prisión?

Esa es la causa originaria de todos los problemas de hacinamiento de las cárceles de Uruguay. El sistema de Justicia de este país se basa en la filosofía punitiva. Es decir, a los delincuentes castigarlos y encerrarlos lejos en lugar de aplicar una política de reinserción. Con un sistema punitivo se perpetúa la criminalidad.