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Para el director ejecutivo de Ceres, Ernesto Talvi, la recesión, en la que ya ingresó a su juicio la economía de Estados Unidos, no va a ser leve y va a ser más larga que lo que vaticina el mercado.

A juicio del economista eso se dará por una "caída fuerte del consumo" (el principal motor de la economía estadounidense) con todas las categorías en baja, salvo la de servicios y una disminución de las inversiones de las empresas, entre otros factores.

De todas maneras, Talvi estimó que no se llegará a una situación como la de la "Gran Depresión" de 1929. Fundamentó su previsión en la acción decidida de la Reserva Federal en proveer la liquidez para el buen funcionamiento del sistema financiero, la rápida recapitalización del sistema financiero por parte de los Fondos Soberanos de Inversión y el compromiso del Tesoro de Estados Unidos de utilizar recursos fiscales para garantizar la integridad del sistema financiero.

Según el economista, la crisis financiera entró en una fase de "recrudecimiento" con las caídas de las "gigantes" administradoras hipotecarias como Fannie Mae y Freddie Mac. Esa situación "nos puso en un nuevo nivel. Es claro que la crisis financiera no ha terminado y no se sabe a cuanto pueden llegar las pérdidas", afirmó.

Agregó que para salvar a esas dos firmas, "no fue suficiente la acción de la Reserva Federal" -como en el caso del salvataje del banco de inversiones Bear Stearns- y "se empezaron a comprometer recursos fiscales por parte del Tesoro" de los Estados Unidos.

Pese a eso, Talvi afirmó que la hipótesis "más pesimista" es que la crisis financiera genere "pérdidas por 2 trillones de dólares y que el gobierno tiene que asumirlas en su totalidad", lo que anticipó no va a ocurrir porque muchas instituciones serán recapitalizadas con capital privado.

Según Talvi eso equivaldría a un costo fiscal de 14% del PBI. Un costo que admitió que será "grande", pero "comparable" al de otras crisis financieras.

Un rescate de esa magnitud llevaría la deuda pública de Estados Unidos de 61% del PBI a 75% del PBI, según los cálculos de Talvi, "lo que todavía la ubicaría muy por debajo de la de varios países industrializados".

Con esa asistencia financiera "la deuda pública de EE.UU. quedaría en 61% del PIB pero en un nivel sustantivamente por debajo de otros países como Japón o Italia".

El economista concluyó que la peor hipótesis de la crisis financiera "de ninguna manera puede comprometer la solvencia del gobierno norteamericano. Habrá que hacer un ajuste fiscal, pero no será dramático", sostuvo.

mejora confianza. Aunque entre los inversores se estima que la economía estadounidense ya entró en recesión, los consumidores se mostraron más confiados que hace un mes sobre su desempeño futuro.

Una mayoría de inversores estadounidenses cree que la economía del país ha caído en recesión, según una encuesta publicada ayer por el gigante de la administración de activos Schroders.

El 62% de quienes respondieron, dijeron que creen que la mayor economía mundial se está contrayendo, anunció Schroders Investment Management. Pese a este diagnóstico negativo, una aplastante mayoría de 94% afirmó que espera lograr un resultado positivo por sus inversiones en los próximos 12 meses.

Schroders administra US$ 259.000 millones en activos. Su sondeo electrónico de 507 inversores que poseen al menos US$ 100.000 en inversiones, fue realizado el 27 y 28 de mayo.

Mañana se conocerá el resultado del Producto Interno Bruto estadounidense del segundo trimestre del año. El dato será de utilidad para saber si efectivamente la primera economía del mundo está en recesión.

Mientras, la confianza de los consumidores estadounidenses subió en julio desde los mínimos de 16 años registrado el mes anterior, al disminuir ligeramente las preocupaciones en torno a la inflación, dijo el martes el Conference Board.

El Conference Board, un grupo privado de investigaciones económicas, dijo que su medida mensual de la confianza del consumidor subió a 51,9 este mes -el primer avance del indicador desde diciembre-desde una cifra revisada al alza de 51,0, que había sido la más baja desde la lectura de 47,3 en febrero de 1992.