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EE.UU. limita venta de arroz y Egipto teme por su maná

Alimentos. Alza de precios impacta en consumo cotidiano

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EFE Y AP

La preocupante crisis alimentaria provocada por el alza mundial de los precios de los principales cereales condujo a Estados Unidos a limitar la venta de arroz y ha puesto en peligro el maná del pueblo egipcio.

En momentos en que los contratos a futuro del arroz en Estados Unidos subieron a un precio récord, las dos principales cadenas minoristas de supermercados del país, Wal-Mart y Costco, limitaron la cantidad de ese cereal que puede comprar cada cliente.

En el caso de Wal-Mart, la medida afecta por el momento sólo a los centros Sam`s Club, de venta al mayoreo y de los que es necesario ser socio. A partir de ahora los clientes de esos centros no podrán comprar más de cuatro bolsas de nueve kilos de tres tipos de arroz blanco importado, en cada visita. La cadena abastece a pequeños comercios, incluyendo restaurantes

Por otro lado, Costco anunció esta semana que la demanda de harina, arroz y algunos aceites se ha disparado y apuntó que en algunas de las tiendas de la cadena las ventas del cereal blanco se han limitado a dos bolsas por día.

Estados Unidos enfrenta de esta manera la peor inflación alimentaria desde 1990, según remarcaba en su edición de ayer el diario "Los Ángeles Times", que apuntaba que los precios de los alimentos se incrementan a un ritmo anual del cinco por ciento.

Se estima que los restaurantes y pequeños almacenes son quienes han protagonizado la mayoría de las compras en masa de arroz, ante la expectativa de que los precios sigan subiendo.

Desde enero el valor del arroz subió un 41%. El trigo cuesta hoy un 130% más que hace 12 meses y el maíz nunca alcanzó un precio tan caro en 12 años.

La situación se ha vuelto insoportable también para el pueblo egipcio, que sufre el encarecimiento del "ful", el maná de las clases más humildes.

El "ful" para los egipcios es mucho más que habas cocidas. "Es la vida. No pueden vivir sin él", opina Mohamed Fathi, jefe de una de las 18 sucursales de la cadena de restaurantes "Al Tabei al Dominati". Pocos egipcios inician su día sin comer al menos un bocado del alimento, que proporciona una buena dosis de energía necesaria para afrontar la dura vida diaria del ciudadano medio. Se calcula que el consumo anual per cápita de "ful" alcanza entre cinco y seis kilos.

Pero ni las humildes habas han quedado al margen de la crisis mundial de precios. El kilo de "ful" subió de 0,5 a 1,3 dólares solo en los últimos tres meses.

Por lo baratas que eran y las bondades nutritivas de las habas cocidas, el alza provocó que las amas de casa pongan el grito en el cielo, aunque las siguen comprando. Según cifras publicadas en la prensa a fines de 2004, Egipto importaba alrededor de 600.000 de las 900.000 toneladas de habas que necesita para cubrir el consumo anual de una población que supera los 75 millones de habitantes.

El 2007 también arrojó algunas cifras preocupantes en lo que respeta a la alimentación mundial. La ONU señaló que el precio global de los alimentos del referido año se incrementó en un 40% y que 2007 terminó con 37 países con crisis relacionadas a productos alimenticios.

El cambio climático, los subsidios agrarios, la demanda de nuevos mercados (sobre todo India y China) y el desarrollo de biocombustibles son los principales factores que influyen en el aumento de precios del arroz, maíz y trigo, que afecta principalmente a los países pobres y causa revueltas a nivel mundial.

La prestigiosa revista médica británica "The Lancet" destaca que la producción extensiva de biocombustibles es una de las principales causas del encarecimiento de los cereales.

Por ejemplo, señala la revista, en su intento de ser autosuficiente en biocarburantes, Estados Unidos subvenciona la producción de etanol, que se obtiene del maíz, un cultivo al que se le ha dado prioridad en ese país.

Según denuncia la publicación, el volumen de maíz consumido por los vehículos en EE.UU. cubriría las necesidades de importación de 82 países en los que falta comida.

Otro de los factores que contribuye a la crisis es el incremento de la población mundial (3.000 millones más para 2050), que hace que se consuman más alimentos. También un descenso de la productividad de las áreas cultivables en la última década y la quiebra del mercado hipotecario en EE.UU., que ha hecho que muchos especuladores inviertan en materias primas, lo que elevó su precio.

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