HENRY SEGURA

Lo había anticipado tanto que para grabar su nuevo disco, Drexler organizó una gira por siete ciudades españolas a fines de 2007. Ayer mostró su flamante CD a periodistas madrileños, el mismo que llegará a Uruguay a mediados de abril.

Cara B fue primero un tema que el músico grabó en Llueve. Con la atracción especial que la diversidad de realidades ejerce sobre Drexler, allí decía "hoy soy sólo una copia y tú tienes el original". Era una metáfora aplicada a una situación de pareja que ahora decidió extender hacia su obra.

Porque con Cara B, el disco, el músico vuelve a bucear en su repertorio, al que le suma sus versiones de temas de otros autores. El resultado final es un disco-libro compuesto por dos placas de audio y un DVD, más un libreto que, según se anticipa, tiene una muy cuidada edición. En total son treinta y dos las canciones registradas.

Pero no se trata de una simple revisita. Para Drexler es la primera oportunidad que se da para manejar el registro directo de sus canciones aunque no lo hace como habitualmente sucede. Lo suyo quiere ser una exploración distinta del universo de los recitales "para hacer audible lo inaudible", como decía en su presentación en Madrid.

"Un músico puede tocar su guitarra en cualquier sitio, pero eso no hace un espectáculo", aclaraba. "El público es quien lo define". Por eso pensó en otorgarle un papel preponderante en Cara B, para lo cual debió hacer un planteo tecnológico diferente, distribuyendo micrófonos en la platea y en varios lugares de las ciudades que visitaba. En su concepción, "cuando por fin tocas el disco es un momento único, en el que finalmente converge todo el trabajo de meses y que sólo ocurre una vez cada dos años". Esa es la experiencia que quiere reflejar en parte con Cara B.

Cree firmemente que un repertorio "debe de ser como un ser vivo, único y efímero". Quería ampliar el universo sonoro de sus canciones y no dudó en dejar que se oigan campanas, trenes, aviones y hasta una banda ciudadana que pasaba por la calle cuando hacía un recital. "Para mí era muy importante estar abierto a las personas y sonidos de los lugares donde tocaba. Creo que lo que le falta a los artistas y a los profesionales es aprender a escuchar", reflexiona

En razón del repertorio elegido, Drexler canta en cinco idiomas. Son dieciocho los temas que incluye el primer disco, básicamente los que configuraran el eje central de los conciertos que realizara en Cataluña y que abría con Un país con el nombre de un río y terminaba con Flores en el mar en el bis. Entre un extremo y otro se escuchaban La edad del cielo, Eco, Guitarra y vos, Cara B, Milonga del moro judío, 12 segundos de oscuridad y Sea.

Con el disco uno del nuevo doble no terminan las experimentaciones. Hay un Cara C, nombre que se le da al segundo disco y en el cual Drexler recoge varias rarezas o, como él ha dicho, donde está "la excepción de la excepción", con grabaciones tomadas en su mayor parte fuera del escenario, en los ensayos o en los hoteles.

Allí también incluye sus versiones de temas de compositores a los que admira profundamente. Alfredo Zitarrosa es uno de ellos, Caetano Veloso otro y el veterano Leonard Cohen tampoco podía faltar (con su Dance me to the End of Love). Aparte de algunos nombres poco familiares para los uruguayos (caso de Kiko Veneno, Javier Ruibal, Marlango), hay algún rescate inesperado, como lo es el Lejos, lejos de Luigi Tenco. Sobre esas versiones, el músico uruguayo sostiene que "cuanto más alejadas estén de las originales más disfruto trasladándolas a mi persona".

El DVD que trae Cara B incluirá el clip Todo se transforma y el documental Hablando de Cara B, realizado por el cineasta español Manuel Huerga y que será una especie de anticipo de lo que vendrá después, cuando arranque la gira de presentación de los nuevos discos, hacia mediados de julio.

Esa experiencia por venir será registrada por Huerga en un largometraje. El director de Salvador y Antártida, dos de sus películas más difundidas, es también conocido por haber sido el director de las emisiones de las ceremonias de apertura y cierre de los Juegos Olímpicos de Barcelona.

Mientras prepara el lanzamiento de Cara B, Drexler no deja de interactuar con colegas de todo el mundo. Hace pocas semanas se supo que el cineasta argentino Daniel Burman le había pedido que compusiera el tema central de su nueva película El nido vacío, con lo que el músico continúa sigue alimentando una de sus vetas creativas más notorias porque fue la que lo condujo al Oscar de la Academia de Hollywood. Ese momento marcó una inflexión en su carrera, aunque para él ese gran reconocimiento también supuso un "peligroso juego" con la fama. "Es una trampa en la que nunca he querido caer. Te endulza al principio pero siempre sales mal parado de ello", reconocía ayer a la agencia española Efe.

Menos notorias, aunque muchas veces supongan un reconocimiento más genuino, son las elecciones de temas de Drexler por parte de colegas de mucho prestigio, sea para conformar nuevos shows y para grabar nuevos discos. Un claro ejemplo de ello ocurre esta misma semana, con el lanzamiento de Inclassificáveis del gran Ney Matogrosso en Brasil.

Se supone que el disco es una especie de vuelta a las raíces de quien emergiera como integrante de Secos & Molhados, razón por la cual hay un neto dominio de compositores paulistas en el fonograma. Los grandes hacedores de la música brasileña se encuentran allí: desde Caetano a Chico Buarque, pasando por Gilberto Gil, Edu Lobo y Cazuza. Pero hay dos temas que Matogrosso trae "de afuera" (como decía O Estado de Sao Paulo): uno es la inédita Lema, del congoleño Lokua Kanza, la otra es la bien conocida Sea de Jorge Drexler. "Cuando vi a Drexler cantando esa canción quedé impactado con la imagen de "ya está girando en el aire mi moneda/que sea lo que sea". Esa imagen me perturbó, me tocó en algo que tengo en correspondencia con eso", explicó Matogrosso.