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Un decreto de perros: IMM ya no controla excremento de mascotas

| Todo empezó con bombos y platillos. Pero a los dos meses inspectores municipales abandonaron causa

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NORMA. Pocos ciudadanos recogen la materia fecal de sus mascotas. Paseadores se quejan de la falta de recipientes en la calle. 200x141
NORMA. Pocos ciudadanos recogen la materia fecal de sus mascotas. Paseadores se quejan de la falta de recipientes en la calle.
El País

No es una ilusión óptica: ayer por la tarde, en la plaza de Villa Biarritz, una mujer se agachó con una bolsa de plástico en mano para recoger la materia fecal de su mascota.

Con este acto ejemplar de obediencia cívica, logró ahorrarle a algún vecino despistado el disgusto de pisar el excremento y tener que refregar el pie una y otra vez en el pasto para asegurarse de no portar el olor durante el resto de su día.

Hoy esta actitud sorprende. Pero hubo dos meses en el 2004 cuando los ciudadanos se sintieron repentinamente inspirados e imitaron esta conducta. No se limitaban a salir con bolsas: también compraban palitas hechas de plástico o acero inoxidable, sin escatimar en gastos. Los canes, a su vez, se resignaron a lucir bozales y correas.

Estos meses, noviembre y diciembre precisamente, fueron un paréntesis en el tiempo y una respuesta inmediata al anuncio que se hizo con bombos y platillos del decreto de la IMM aprobado el 21 de octubre.

Este decreto establecía la multa de dos a cinco unidades reajustables a los propietarios de perros que pasearan por la calle sin collar, correa o bozal, que ingresaran a zonas públicas reservadas a juegos infantiles y que no retiraran la materia fecal de sus mascotas.

En el Centro Comunal Zonal (CCZ) 5, ubicado en Punta Carretas, se lanzó en esos meses del 2004 un plan piloto para la aplicación de la multa. Luego estaba previsto que la aplicación se extendería al resto de los comunales (1, 2, 3, 4 y 16) de la Región Centro de la IMM.

DOS AÑOS DESPUES. "La multa se aplicó durante esa experiencia piloto y después no se aplicó más", asegura Walter Cortazzo, director del Departamento de Descentralización de la IMM.

No sólo no se extendió la aplicación de la multa al resto de los comunales, tampoco fiscalizan más en el CCZ 5 por falta de personal. Cada centro comunal tiene un cuerpo de dos o tres inspectores que, además de fiscalizar el cumplimiento del decreto, deben encargarse de otras cuestiones: "venta callejera, cuidado de las veredas y aspectos urbanos", precisa Cortazzo. Pero lo único que se cumple tras la experiencia piloto del 2004 es el "además".

De acuerdo al secretario del CCZ 5, Jorge Rosa, nunca más tras la campaña del 2004 salieron inspectores específicamente para cumplir con la tarea de fiscalización del decreto.

"Atendemos casos extremos, por ejemplo de perros sin correas. Hace un par de meses una señora estaba preocupada porque sus hijos salían a la escuela y había un perro suelto y eso lo pudimos verificar", recuerda Rosa. Sin embargo, los tres inspectores tienen un horario de trabajo de doce horas en las que deben cumplir con otras tareas y, si el tiempo lo permite, inspeccionar una zona de 140 mil habitantes, 580 manzanas y donde se estiman que hay 12 mil perros. Una tarea casi imposible.

"La situación viene un poco mal... no, muy mal", asegura Nelly De León, concejal de la Comisión de Medio Ambiente del CCZ 5. "En el país no hay conciencia ciudadana ni respeto por los demás. Pensamos que el decreto de la Intendencia funcionaría pero fue imposible ponerlo en práctica por falta de inspectores. Incluso los paseadores de perro, que cumplen con la normativa, juntan la materia fecal pero no tienen dónde tirarla porque no hay recipientes", asegura De León. La concejal considera que las personas mayores respetan la normativa y ésta se cumple en lo que respecta al uso de correas y bozales en los perros. Sin embargo, la materia fecal abunda en la ciudad, en especial en los barrios que comprenden el CCZ 5 (Pocitos, Punta Carretas, Buceo y Villa Biarritz).

"El Centro Comunal Zonal 5 plantea el problema de forma reiterada, porque es una zona de densidad poblacional y edilicia y la materia fecal se nota", explica Alejandra Ostria, directora del Departamento de Desarrollo Ambiental de la IMM. Actualmente comenzaron a trabajar en conjunto con la Dirección de Salud municipal, la Facultad de Veterinaria y una serie de ONGs que trabajan con perros callejeros para establecer un censo del número de canes que hay en la ciudad y realizar un control demográfico.

Aún faltan cifras, faltan inspectores y no hay multas. Lo único que sobra es materia fecal.

Caen ventas de productos caninos

Pese a que la multa no se aplica, los dos meses de campaña en el 2004 surtieron algún efecto. Nelly De León, de la Comisión Ambiental del CCZ 5 dijo que ahora se ven más perros con bozales y correas. Sin embargo, los ciudadanos aún se resisten a recoger la materia fecal.

En la época que se aplicó el decreto los "pet shops" y veterinarias vieron que incrementaba la demanda por correas, bozales y palitas. Hoy la historia es otra. "Me acuerdo de esa época, aumentó la demanda por esos productos y hubo pico de ventas", dijo el veterinario Alejandro Rodríguez de Pet Store. "Hoy lo que se sigue vendiendo son bozales y correas. Pero palitas ni tengo en este momento para ofrecer", asegura Rodríguez.

En Pet Land, otra veterinaria de Pocitos, el dueño también notó una disminución de la demanda por bozales, correas y palitas. "En el momento que salió el decreto las ventas se duplicaron, pero ahora volvió a la normalidad. La venta de palitas se estancó", asegura Fabricio Iriarte.

En Veterinaria Pets, los vendedores dicen que muchos clientes entran con sus mascotas y bolsitas de plástico en la mano y creen que hoy en día se cumple más con la normativa.

En veterinarias, un bozal puede salir entre $ 150 y $ 200, las correas alrededor de $ 100 y palitas hay desde $ 50 a $ 1000.

Datos

Cada centro comunal zonal tiene un cuerpo de dos o tres inspectores. Sin embargo, hace dos años que no se están aplicando multas. El decreto de la Junta Departamental 31.007 fue aprobado el 21 de octubre de 2004.

Walter Cortazzo, director del Departamento de Descentralización de la IMM, dijo que este año reiniciarán una campaña educativa antes de comenzar con la acción punitiva.

El Centro Comunal Zonal 5 (Pocitos, Punta Carretas, Buceo, Villa Biarritz) es el que más denuncias recibe por perros que andan sin correas, bozales y por materia fecal en calles y parques.

Nelly De León, de la Comisión de Medio Ambiente del CCZ 5 dijo que los paseadores de perros cumplen con la normativa pero no tienen recipientes donde tirar lo que recogen.

En el Departamento de Desarrollo Ambiental de la IMM comenzaron a trabajar junto con la Divisón de Salud municipal para establecer un censo de perros y realizar un control demográfico. Estiman que hay 350 mil perros en Montevideo.

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