LA PAZ - Las organizaciones sindicales y políticas comandadas en su mayoría por líderes indígenas parecen decididos a aplicar al presidente Carlos Mesa la misma receta que a su antecesor, quien renunció hace tres semanas.

El secretario ejecutivo de la Central Obrera Regional de El Alto, Roberto de la Cruz, anunció hoy que una asamblea del sindicato y de dirigentes cívicos decidió cercar a La Paz, como aconteció en octubre, cuando esa acción obligó a la dimisión del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.

"Estamos preparando nuevas marchas y un cerco a La Paz para los próximos días", advirtió.

De la Cruz, probablemente el líder actual más radical y poderoso del sindicalismo boliviano, estuvo preso hasta mediados de año acusado de haber encabezado en febrero la quema de la sede de la Alcaldía de El Alto, la ciudad campesina vecina a La Paz. En esa ciudad murió al menos la mitad de los 76 caídos en las protestas de octubre.

El dirigente planteó que Mesa deje sin efecto las reformas al Código Tributario que entró en vigencia ayer y que busca mejorar los sistemas de cobro de impuestos, como exige en Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos.

Insistió también en que Mesa debe industrializar las reservas de gas, reiterando su oposición a las exportaciones del producto.

El diputado cocalero Evo Morales calificó a Mesa de "cobarde" y "de la misma astilla que Sánchez de Lozada" ante declaraciones del presidente en Panamá, en las que señaló que el dirigente había perdido popularidad por sus actitudes radicales.

Morales señaló que la decisión de Mesa de proseguir con la destrucción de las plantaciones de la hoja de coca, base de la cocaína, es una "hipocresía" para mantener el apoyo del gobierno de Estados Unidos. Dejó en manos de las federaciones cocaleras las acciones necesarias "en defensa de la coca".

Mesa dijo el lunes en Panamá que sectores radicalizados que no representan a la mayoría de los bolivianos le imponen plazos de entre 90 y 180 días para obedecer sus demandas.

El cocalero tiene por bastión a la central región del Chapare, donde con el apoyo de Estados Unidos el estado ha erradicado el 80% de los sembríos, lo que ha llevado a las 35.000 familias dedicadas al cultivo a protagonizar bloqueos de carreteras en contra.

El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), Edgar Caballero, denunció el martes que la actividad del narcotráfico en la zona, así como en otras regiones donde se escenificaron los conflictos recientes, se ha incrementado.

En tanto, el líder de los campesinos indígenas del occidente del país, el diputado indigenista Felipe Quispe, ha llamado a los sectores que causaron la caída de Sánchez de Lozada a unirse para dar paso a un régimen socialista-indigenista.

Quispe apareció en un encuentro con a prensa, el fin de semana, con el secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana, Jaime Solares, quien coincidió con él en que el actual régimen debe caer para dar lugar a uno similar al imperante en Cuba, con una ideología marxista y socialista.

"Tarde o temprano, obreros y campesinos gobernarán. El país debería ser como Cuba", dijo.

AP