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Brigada Antidrogas lanza combate al "minitráfico"

| Coordinarán con comisarías montevideanas para detectar las "bocas", detener a distribuidores e identificar su incidencia en delitos violentos cometidos en la zona.

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RENZO ROSSELLO

Cada mañana, cuando llega a su despacho, el inspector mayor Julio Guarteche se encuentra con "kilos" de información sobre actividades del narcotráfico. Se trata de denuncias, gran parte de ellas anónimas, muchas de ellas incomprobables pués sólo expresan sospechas. "Lo que le decimos a la gente siempre es que no esperen de nosotros una respuesta automática, porque los delitos conectados con narcóticos se deben investigar con mucho cuidado, sin hacer evidente que estamos investigando", replica Guarteche.

Durante el mes de junio la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (DGRTID) de la Policía Nacional llevó a cabo dos procedimientos contra grandes organizaciones de narcotraficantes. Una de ellas operaba en el plano local y la otra exclusivamente en el plano internacional. Esas son, precisamente, dos de las prioridades de la Policía Antidrogas en Uruguay. La tercera es el denominado "minitráfico" o tráfico de drogas al menudeo.

Precisamente de este capítulo, en apariencia insignificante respecto de los volúmenes de operaciones de estas organizaciones delictivas, surge una de las medidas más novedosas de las adoptadas por las autoridades policiales.

La DGRTID impulsará un programa especial de combate al "minitráfico" en conjunto con las comisarías montevideanas que tiene dos cometidos principales: uno es el de desarticular las pequeñas redes de distribución y venta ilegal; el otro es investigar la conexión de la droga con otros delitos violentos. En el más extremo de ellos, el delito de homicidio, un estudio estadístico del año pasado reveló la presencia de alcohol o drogas en 26 de los 71 casos registrados en el periodo estudiado.

DROGA Y CRIMINALIDAD. "Cada vez que hay una boca en un barrio se produce un movimiento delictivo alrededor y eso es lo que produce una sensación de inseguridad aumentada en esa zona", explicó el inspector Guarteche.

Los delitos conexos al narcotráfico son de los más difíciles de investigar, opinó el jefe policial. "Los delincuentes operan con todo un equipo alrededor que es el que vigila las actividades de la Policía en un lugar donde hay una boca de distribución, por eso es muy difícil aproximarse a ellos", relató Guarteche.

Pero no siempre una denuncia, anónima o con nombre propio, conduce hasta los distribuidores de drogas. "Nosotros procurarmos siempre tener la confirmación de la información, la gente está informando mucho, pero lo que siempre les decimos es que no esperen una respuesta automática porque investigar este tipo de delitos no es como investigar un hurto, donde el policía va al lugar, constata el hecho y hace las detenciones", explicó el jerarca.

Los investigadores de la Brigada Nacional Antidrogas, el área operativa de la DGRTID, a menudo deben "infiltrarse" entre los delincuentes para obtener información de primera mano. La utilización de agentes encubiertos, una figura muy utilizada por muchas organizaciones policiales en el mundo, está en etapa de desarrollo en Uruguay a partir de la aprobación reciente de normas legales. "Trabajar con encubiertos es muy peligroso, recién estamos aprendiendo a utilizarlos", indicó Guarteche.

El jefe antidrogas señaló que muchas veces estos agentes son particulares que voluntariamente prestan ayuda a la Policía, en otras ocasiones son policías especialmente entrenados para la tarea.

Sin embargo hay zonas virtualmente "vedadas" para el ingreso de policías. Se trata, en general, de aquellas zonas de alta marginalidad que se ubican en la periferia de la ciudad. Existe la convicción de que muchos delitos protagonizados por delincuentes asentados allí o que desde allí se desplazan para cometer delitos en otros barrios capitalinos son a la vez consumidores "duros" de algún tipo de estupefaciente o alcohol. La incidencia de sustancias como la cocaína en comportamientos agresivos es un hecho constatado. "Estamos seguros de que hay droga en todo el espectro de delitos que van desde el homicidio hasta los arrebatos, las rapiñas y los delitos sexuales", aseguró el inspector.

Un dato clave para esta interpretación es el aumento en el consumo de cocaína o derivados impuros como el seudo crack que se ha comenzado a utilizar entre muchos jóvenes usuarios de drogas duras. Esta asociación entre sustancias y conductas violentas ha dado lugar a un programa que la DGRTID presentará a la Jefatura de Policía de Montevideo para un trabajo en conjunto.

"BOCAS". El programa especial supone un trabajo "quirúrgico" en jurisdicciones policiales de alta marginalidad y también en zonas populosas de Montevideo donde también es alta la presencia de distribuidores de drogas.

"Este plan de trabajo recién lo estamos terminando de diseñar para proponérselo a la Jefatura de Montevideo", explicó Guarteche. El objetivo del plan es, luego de escoger cinco o seis comisarías urbanas y suburbanas, destinar un equipo de la BNA para trabajar "codo a codo" con sus colegas de seccionales. Los equipos de trabajo se abocarían a relevar todas las "bocas" de venta ilegal de drogas, luego procederían a detenerlos.

"Sobre esta base vamos a estudiar los índices delictivos existentes en esas zonas, antes de hacer la intervención, y los índices delictivos posteriores", explicó Guarteche, "de esta forma tendríamos una idea más cabal de la relación entre los delitos de tráfico de drogas y los otros, así como en la incidencia sobre los delitos violentos".

"CAPOS" Y BANDAS. "La gente dice que no caen los grandes ‘capos’ de la droga, que siempre caen los chicos", admite Guarteche, "pero lo que tenemos que saber es que en Uruguay estas organizaciones, por suerte, no tienen un gran desarrollo como en otros países. Es cierto que hay personas, digamos, importantes involucradas y cuando tengamos las pruebas los vamos a detener. Ya detuvimos a algunos, incluso".

En el ambiente delictivo uruguayo el delito de tráfico de drogas es "quemante", opina el jefe antidrogas. "Puede ser común que cuando cae un contrabandista haya personas que se interesen por él y se muevan. Pero cuando cae un narcotraficante no pasa eso. Nosotros jamás recibimos una llamada por nadie", puntualiza Guarteche.

La desarticulación de una banda no ha dado lugar, como en otras latitudes, a "guerras" de narcos. "Estas organizaciones no se reconstituyen rápido, sino que vienen otros que ocupan sus espacios, es como un movimiento natural y mientras exista una determinada cantidad de demanda va a seguir pasando", explica.

Las "deudas" por droga han dado lugar a ajustes de cuenta. Según los datos obtenidos por la Policía Antidrogas en el año 1999 hubo un "pico" de muertes y hechos de sangre vinculados con este tipo de ajustes de cuenta. "Casi siempre son por los mismos motivos, a veces son peleas por territorio, otras veces porque se generan deudas", apuntó.

El hermano maldito de la cocaína

El grueso de la cocaína que se consume en Uruguay proviene de traficantes afincados en Argentina, según la información disponible por la Dirección General de Represión del Tráfico Ilítico de Drogas. El origen de la sustancia es, de acuerdo con las mismas fuentes, cultivos procesados en Bolivia, Perú y Colombia.

"Hemos notado un incremento en el consumo de cocaína", afirma Guarteche, "eso tiene que ver con las características del tráfico, al entrar grandes cantidades en tránsito al país es común que empiece a ‘pagarse’ con parte del cargamento y eso genera un mercado".

Sin embargo, lo más preocupante para las autoridades el consumo creciente de un derivado impuro del clorohidrato de cocaína: el crack. En la obtención de la droga intervienen 21 sustancias químicas utilizadas desde el procesamiento de la hoja de coca hasta su forma en polvillo blanco, que generalmente se inhala. La primera fase de esta producción es la denominada pasta base, que proviene de la hoja macerada y envuelta en papeles empapados en queroseno con los que se fabrican los "bollos". Con el agregado de otros agentes químicos y antes de transformase en polvo, se obtiene la pasta base. A esta pasta los consumidores le agregan bicarbonato de sodio y producen el material conocido como "crack", que generalmente se fuma. Esta droga tiene efectos más rápidos que la cocaína, al producir un mayor estado de euforia, pero también tiene consecuencias mucho más nocivas.

Las naves de los narcos

El problema de los embarques aéreos ilegales, contrabando común o drogas, no es nuevo en Uruguay. Cuando el inspector Julio Guarteche expuso ante los mandos de la Fuerza Aérea la necesidad de coordinar acciones el jueves pasado en Artigas, la primera diapositiva que proyectó fue un recorte de diario.

Se trataba de una nota publicada por El País el 9 de octubre de 1969, donde se informaba sobre la detención de un avión cargado con un contrabando de cigarrillos, que había aterrizado en un campo de Florida. "Lo que pretendíamos demostrar en ese momento es que este no es un problema nuevo, lo que ha cambiado es el tipo de carga que traen estos aviones", explicó Guarteche.

La necesidad de un mayor control de los vuelos se hizo del todo evidente en el último operativo en Paysandú. La interceptación de una avioneta cargada con 518 kilos de marihuana y la captura de una veintena de integrantes de la banda fue el resultado de este procedimiento.

Precisamente, en este operativo, se utilizó el esquema operativo que finalmente se acordó en la reunión. El apoyo del grupo helitransportado de Coraceros, con efectivos de Fuerza Aérea del Grupo 5 de helicópteros de rescate. Pero también trabajarán en el intercambio de la información surgida tanto de los radares de Fuerza Aérea, como en la coordinación de acciones puntuales de vigilancia o apoyo a operativos de gran envergadura.

Datos

- MARIHUANA. En lo que va del año la Policía incautó 527,032 kilos de cannabis, 516 toneladas fueron producto de un solo procedimiento, el recientemente llevado a cabo por la Brigada Nacional Antidrogas y la Policía de Paysandú. El año pasado se confiscó un total de 903,469 kilos.

- COCAINA. En el correr de 2003 la Policía incautó un total de 12.097 kilos de clorohidrato de cocaína. El año pasado se confiscaron 33,753 kilos de esta droga.

- CRACK. Desde 1998 la Policía no incauta esta variante de la cocaína, de efectos más perniciosos. Ese año la cifra de incautación fue de 11,8 gramos.

- EXTASIS. En lo que va del año se incautaron 18 dosis (pastillas) de esta droga de diseño. El año pasado fueron 31 dosis.

- HEROINA. Un procedimiento rutinario de investigadores de la BNA en el aeropuerto de Carrasco derivó en la mayor incautación de heroína conseguida hasta la fecha por las autoridades uruguayas. El operativo se realizó el sábado 21 de junio pasado, cuando fueron detenidos dos ciudadanos españoles que transportaban en forros especiales de prendas de vestir unos 12 kilos del potente estupefaciente. Se dirigían a Estados Unidos y se estima que se trata de una red colombiana de narcotraficantes.

- DETENIDOS. Durante 2003 se detuvieron 366 personas por delitos conexos a drogas, de las que 75 fueron procesadas y tres menores internados. El año pasado la cifra de detenciones fue de 1.765 personas, de las que 275 fueron procesadas y tres menores internados.

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